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Ni una palabra de agradecimiento para los ausentes, que tanta parte tu– vieron en los galardones del curso rememorado. La Junta de Guerra estableció como días de plato ¡,;nico el 1 y el 15 de cada mes. Como los domingos y jueves se sirven dos principios a los colegiales, se guardó el lunes, 16 de noviembre, dicha consigna nacional. Anota el cronista de 6º curso, Domingo Madurga: "Día de plato único: ar::-oz con tropezones y encima un trozo de tortilla, además de postre. ¡Vaya platc único! Si nos :iieran todos los días, ninguno se quejaría". Día 1 de diciembre: subraya dos trozos de tortilla con tomate y arroz con leche. "Es una buena comida. Queda un:> bien lleno". "Desde la mañana se está pensando ya en la tortilla". Un periodista de– sinformado, y atrevido como tal, atribuye la fama de la tor:i[a "Lecároz" a las hambres de la guerra y de la posguerra. Sin recurrir a testimonios orales, que pudieran remontarse a la primera quincena de este siglo. Q-;iien quiera compro– bar el mito, que repase la revista "Lecároz" a partir del año 1925 . En el primer número publicado, correspondiente a la Asamblea de Antiguos Alumnos . del 8 de agosto de 1926, entre la merluza a la provenzal y las pulardas de Baz:án, la "Omelette LECAROZ", que se riega con Valdepeñas y Moet & Chardon 78 • Aunque se haya distribuido el horario en seis unidaaes didácticas, é.penas se atienden 4 diarias, por faltas de texto; se ha prescindido de las llamams cla– ses de adorno (euskera, música), aunque se ensayan los himnos patrióticos en presencia (y aun parece que en acción) del P. Ignacio de Pamplona, rector y guardián. El 24 de noviembre tiene que salir del Colegio, y esta vez por impcsición militar, el P. Vicente de Vidania. La censura le sorprendió una carta dirigida a otro religioso, compañero suyo en Roma, por las consecuencias poco afortuna– da. Le sucedió el P. Rafael de Vidania, del cual hizo grandes ponderacicnes el padre superior de la casa. El domingo 22 de noviembre se presentan, a la hora de yantar, sin previo aviso ni posterior compensación, 100 pelayos luego cíe jurar bandera en Elizondo. El 25 admite el nuevo rector, P. Ignacio de Pamplona, ajeno totalmente a las tradiciones del Colegio, al primer medio pensionisté. de toda su hi5toria, contra la voluntad expresa del P. José Miguel, que presiente un grave peligro para la: moralidad y disciplina de los internos: correspondencia epistolar, revis– tas, tabaco, ¡cuántas brechas pueden franquearse al contrabando! Avanza el curso escolar sin sobresaltos y sin refulgencias. Se prosifica el teatro de la vida. Empobrecida la liturgia por la penuria musical, suprimidas las exhibiciones de gimnasia y danzas por el momento en que se vivía, silencia– dos por obligadas ausencias aquellos conciertos inapreciables, de preludies y de interludios. Hasta entretenimiento tan suspirado por los muchachos come la se– sión de cine queda chafado por una repentina fiebre educacional que aBlta al 78. Revista "Lecároz" 13 (sept. 1926), 48. Ex colegial ha habido que, en crónica de prensa ponderó la tortilla "Lecároz" sobre la langosta y el salmón. Se estableció la obligación qu:ncenal de "PLATO UNICO" por Orden de 11 de noviembre de 1937; se cannó sucesivamente su pe– riodicidad y el sistema administrativo de su modalidad tributaria hasta la Reforma de 16 de di– ciembre de 1940, por la que se dispensó a los particulares; y la Ley de 22 de enero de ¡9i:.2, que suprimió dicha obligación en Hoteles, Fondas, Pensiones y Restaurante~. 205

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