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Fundación Domingo 22 de abril de 1888, patrocinio de San José: se bendice y colo– ca la primera piedra de la iglesia, arranque del futuro colegio "Nuestra Señora del Buen Consejo" de Lecároz. Actuó en la ceremonia S.Ilma. Rdma. D. An– tonio Ruiz Cabal, obispo de la diócesis de Pamplona. Levantó acta el notario público D. Pedro Gascue y Murga. Un ejemplar del acta, firmado por el señor obispo, el alcalde y los concejales del valle de Baztán, el P. Joaquín Mª de Lle– vaneras y un nutrido grupo de voluntarios, clérigos y laicos, se encerró en re– cipiente de zinc, con un puñado de monedas de última acuñación y un número de "El ,Siglo Futuro" (Madrid), "El Tradicionalista" (Pamplona) y "La Cons– tancia" (San Sebastián). El tubo se incrustó en la piedra hábilmente horadada, se taponó con cal hidráulica y se asentó en la base del ángulo que forma el pór– tico de la iglesia con el hastial de pomente. Los pueblos del contorno, con el fin de participar en el acto, anticiparon el rezo de vísperas. Lecároz se presentó en procesión precedida por la cruz parroquial, con el Rdo. coadjutor, D. Francisco Aguirre al frente, en sustitu– ción del valetudinario señor párroco. Fue jornada de lluvias, que obligaron a abrir una zanja y a montar un es– trado. Un hijo del principal promotor, D. Joaquín Plaza, maestro nacional, de– bió recordar durante toda su vida aquella fecha, aunque nunca se le ocurriera mentarla: el futuro atleta hierático, P. Evaristo de Lecároz. Todo alegre y tris– cador el niño Plaza, por una caricia del Ilmo. prelado, dióse a saltar la zanja de una a otra orilla, hasta que al tercer intento le falló el impulso y se encharcó, con su vestido de estreno, en mitad de la acequia. Su hermano mayor, P. José de Arraiz, alumno interno de Montehano, es– peraba con ilusión la nueva obra. Y no por volver a los lares patrios. En Montehano, isleta del pueblo de Escalante, había abierto el P. Lleva– neras escuela seráfica el 19 de noviembre de 1882; aprovechó un antiguo con– vento franciscano, que el señor obispo diocesano, del que dependía desde la de– samortización, le ofreció gustosamente. Encomendó a Fray Félix de Azcoitia la acomodación del edificio a su nuevo destino. Podía considerarse solución pro– visional, como la del propio Comisariato que venía rigiendo. Por decreto de 4 17

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