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Lecároz no procedieron de estas reuniones académicas, en que los mayores fer– vores euskéricos se disparaban por el Agur Jaunak y el Gernikako Arbola, con que se abría y se cerraba la velada literario musical. Escribe desde Roma el Definidor General, P. Melchor de Benisa, el min. prov. de Navarra, P. Joaquín de Beriáin: "Vuelven estos días a resonar las an– tiguas quejas (s. o.) contra la conducta de algunos religiosos de esa Provincia, a causa de la intromisión que se les atribuye en la política bizkaitarra. Especial– mente estas quejas se concretan contra el Colegio de Lecároz, el cual es califi– cado de verdadero seminario de bizkaitarras (s. o.). Si continuasen viniendo a Roma relaciones tan desfavorables a los religiosos de aquella Casa... podría lle– gar el caso de que se nos proporcionase un serio disgusto". Faltan esos religiosos -continúa el P. Benisa- a las disposiciones de los Sagrados Cánones y a las consignas que dio el Sr. Nuncio en su circular de 25 de abril de 1913, a los Ministros Provinciales de los Religiosos de España. Al retrasmitir este fragmento epistolar el P. Beriáin al P. Eusebio de Az– pilcueta le previene que "tengan muchísimo cuidado de hacer la más mínima propaganda... todos los Padres nacionalistas". Y que advierta más en particular a los exaltados y les lea la carta, para evitar a tiempo serio disgusto con Roma, "porque las pasiones están muy exaltadas". Protesta airadamente el rector, P. Azpilcueta, contra los "calumniadores", pues que ninguno de sus religiosos se ha propasado en manifestaciones políti– cas durante su gobierno; ni tampoco, asegúrale Beriáin, durante el suyo. De todo lo cual ha dado cuenta a Roma 32 • Sin embargo el P. Beriáin había recibido informe del entonces min. prov., Antonio de Iroz, de quejas que le habían lle– gado por la propaganda de algunos de sus religiosos en favor de un candidato nacionalista 33 • Pocos años antes, luego que el prelado diocesano, Ilmo. López Mendoza, declaró que tan católicos eran los.candidatos nacionalista e independiente como el integrista, ordenó el P. Ildefonso de Ciáurriz a los religiosos abstenerse de votar, a fin de que no trascendieran al público disensiones internas. "El hábito no pega en esos sitios en que no hay más que pasión". Y como dos de la co– munidad de Lecároz, presionados según sospechaba por sus familiares, bienhe– chores del Colegio, dieron su voto al candidato integrista Mariano León, ma– nifestó al P. Rector su voluntad de que los llamara al orden y hasta, si consen– tía en ello, les pusiera alguna penitencia, porque "son antes religiosos que po– líticos". Y el caso se había divulgado por los conventos. Como al año siguiente se presentó otro compromiso personal que pare– ció insoslayable, determinó el definitorio provincial, en sesión de 24 de diciem– bre de 1914, que, salvo circunstancia excepcional, a ningún religioso se autori– zaría a particiapr en elecciones generales, provinciales ni municipales. Y la úl- 32. Pamplona 20 de noviembre y Barcelona 28 de noviembre de 1919, P. Joaquín de Be– riáin, min. prov. al rector P. Eusebio de Azpilcueta: ACL, J-55-56. 33. Pamplona 15 de febrero de 1918, Fr. Antonio de Iroz, min. prov. al rector P. Joaquín de Beriáin; ACL, D47; respuesta del P. J. de Beriáin, Lecároz, 26 de febrero de 1918: AP, Le– cároz-3. No son de extrañar tales rumores tras la intervención de capuchinos del Colegio de Le– cároz en el semanario GIPUZKOARA (Evangelista de Ibero, Ignacio de Azcoitia, Ramón de Ren– tería) de D. Engracio Aranzadi. 168

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