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Los alumnos de enseñanza privada, colegiada o no, habrán de examinar– se en cualquier Instituto del Distrito Universitario a que pertenezca el respec– tivo Centro, cuyos Licenciados están facultados a formar parte de los tribunales que correspondan. Al 5º curso se añaden 18 clases prácticas; y al 6º se le señalan, amén de otras tantas clases prácticas, otras 15 teóricas de Letras y 21 en Ciencias. Respecto de la asignatura de Latín cavilan los profesores que tendrán que emplearse estudio y clase con sus alumnos. Consecuencias inmediatas: a tenor del artículo 5 de la R. O. de 7 de julio de 1927, habrá de incorporarse el Colegio de Lecároz al Instituto de Segunda Enseñanza de Pamplona, en donde se realizarán los exámenes de fin de curso por grupos o por asignaturas. El bachillerato universitario se ventilará en la Uni– versidad de Zaragoza. A propuesta del Prefecto de Estudios se acuerda, por ma– yoría, recortar un cuarto de hora del recreo de mediodía y otro cuarto de hora el estudio de la primera clase de la tarde, para poder disponer de med~a hora de prácticas. Juzgo bastante acertado el criterio (no admitido), del Pater Au– gustinus, que abogaba por reducir los 120 minutos de cada "unidad didáctica" a 90, sujetos al dictamen de cada profesor. Con gracia ladina, el pulcro Licenciado en Filosofía y Leyes, P. Miguel de Alzo, razona la deserción consumada en 1918: "Fuimos a San Sebastián, mo– vidos por los motivos muy fundados de ser San Sebastián lugar céntrico de nues– tro radio de acción y de la comodidad de comunicaciones del entonces nuevo ferrocarril del Bidasoa, que nos facilitaba mucho la vida del Colegio; volvemos a Pamplona, llamados por la ley y contentos, porque antes en Pamplona, como ahora en San Sebastián, dejamos buenísimos amigos y gratísimos recuerdos. En nuestra entrada en Pamplona hemos recibido toda clase de facilidades y mues– tras de verdadera estimación por parte del dignísimo Director (D. Femar.do Ro– mero), activo y culto Secretario (D. José Berasáin), competentes y amables ofi– ciales del Instituto..." A todos ellos y a sus homólogos de San Sebastián expresa el P. Alzo acen– tos cordiales de gratitud y de amistad 17 • En lo que mostró sinceridad y acierto; porque los catedráticos del Institu:o General y Técnico de San Sebastián con– geniaron con los de Lecároz como amigos muy buenos, aunque exigentes; y los de Pamplona fueron leales a la excelente acogida dispensada nuevamente. El 13 de septiembre de 1927 firma en Lecároz el Prefecto de Estudios, Aniceto Olano Galarraga (P. Miguel de Alzo) la instancia de incorporación del Colegio de Nª Sª del Buen Consejo al Instituto de Segunda Enseñanza de Pam– plona, instancia que, como todo el acervo documental del expediente, remitido al Rector de la Universidad de Zaragoza, lleva el refrendo del Directo::- de di– cho Instituto: documentación personal del solicitante; reglamento, prcspecto, planos del local; cuadro de disciplinas y de profesores, con el horario y los tí– tulos académicos; material didáctico de gabinetes y museos; certificado médico y municipal (Dr. Olaortúa y alcalde D. Lino Plaza) de salubridad e higiene. Son 18 los profesores encargados de ambos bachilleratos y, oficialmente, 5 las cla– ses diarias, las cuatro primeras de dos horas y la última, de una. No se incluye en este "cuadro de enseñanzas" las llamadas clases de adorno (euskera y mú- 27. Revista "LECAROZ", 17 (sept. 1927) 70. 161

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