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tón) de Elizondo y Larramendi de Irurita, costean todos los meses, según de– claración de nuestro proveedor Felipe Viguria, varios kilos de pan; D. José Vi– cente Eliceche de Larraldea (lrurita) regala todo un robiedal plantado por su mano en término de Ohárriz. Y cuando las insoslayables restricciones nacionales que se fueron suce– diendo en la década de los 40, bienhechores expertos en el plan de igualas (Ca– parroso, Harinera de Marcilla, Lerín, Artajona, Coloniaies Forcada) hidalgos baztaneses y otras gentes de pro pudieron resolver·situaciones extremas que ex– cedían la misma posibilidad de la Junta de Abastos. 1.5. Hospedería de afuera El día primero de agosto de 1923 se vendía a D. Sa:urnino Burguete, por 16.000 pesetas, la casa llamada Ventaberría y por 4.500 su aneja "Zapatille– nea", sitas ambas a la entrada del puente de Echerri o Echarri, flanquemdo la carretera comarcal. Mudaron el nombre de la primera poc el de "Zubi-Ondoa" y quedó reducida la segunda a simple almacén inominad-). Había adquirido ambas construcciones el P. Llevaneras antes de la inau– guración oficial del Colegio de Lecároz, con destino a "'Hospedería de Nª Sª del Buen Consejo". En un principio se hicieron cargo, por puro afán de servi– cio, el meritísimo terciario leonés, D. Joaquín Jiménez y su esposa, Dª Andrea Ruiz. Fue D . Joaquín un excelente colaborador del P. Llevaneras: ayudante ad– ministrativo y pastor eventual del nato de pavos que desde su tierra conducía hasta el Colegio de Lecároz para las fiestas de Navidad. Durante el servicio mi– litar fue músico del Regimiento; y desde los primeros años de la Escueh Será– fica, maestro y "trompa" de la banda; y muy luego, maquillador y alfayate de actores improvisados. Comenzó por llevar, desde primerc de junio de 1893, un "Libro de registro", que, en 1900 queda inacabado, con unos apuntes a lápiz. Está distribuido por calles, a cuya cabecera se inscriben las siguientes epígrafes: "Nombres, Pueblos, Fechas (días, meses), Días de Perm2nencia, Cantidad (pe– setas cts.), Observaciones". El primer asiento: "Hermana de Fr. Guillermo; O~za (escrito Onza), ju– nio, Uno, No hizo gasto". Fue intención del P. Llevanerns facilitar alojamiento próximo al Colegio a los familiares de los alumnos y a bs bienhechores. Hay quien hace gasto y quien se limita a pasar la noche; quien paga generosamente y quien se hospeda como en su casa. La pensión completa debió de ser de 2,50 diarias; sobreseída por muchos. No por familiar de colegial alguno, sino en aten– ción a su amo y bienhechor insigne, D. Ramón Nocedal, se hospedó diez días Agustina, la cocinera, que entregó 50 pesetas. No hay er. todo el dietario más que una nota desfavorable por el mal ;,;omportamiento de cinco sujetos je una familia. El 28 de abril de 1899, Dª Andrea Ruiz paga 18 pt2.s. a Bernarda Cilveti, por 5 días que dio de comer y de cenar a una señora de Santander. Yo creo que se les dispensó del :r:egistro por su honradez sin tacha. "Son unos santos -testifica el P. Cieza- que viven como San Eustaquio y Santa Del– fina" . El día primero de mayo de 1906, cuando estuvo tei-minada la cas~ta que para ellos mandó construir el P. Llevaneras, entre el camino de Elizondo y el de Achoborroa (la casa del zapatero L. Jiménez), renunciaron a la adm~nistra– ción de la hospedería. De ella se hizo cargo Dª Nicolasa Erice, que se compro- 157

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