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tida, de tumor maligno; fallece el 18 de diciembre de 1912. Desde Irún acude el Dr. Victoriano Juaristi, que nada puede hacer por el niño Julián Berrotarán, víctima de ataque cerebral, y que muere el 29 de abril de 1915. Es el año en que el Dr. Irigaray deja vacantes Irnrita y el Colegio, por su consultorio en Pamplona y es reemplazado por el Dr. D. Pedro Olaortúa y Bastida, con el visto bueno del médico de Lecároz, D. Regino Istúriz, ::¡_ue re– conoce su competencia profesional (ACL, K-57; 4 sept.1915). Pero en la fun– dación seráfica de Lecároz conviven dos entidades· o personas jurídicas: el con– vento y el colegio. Según lo determinado por el Colegí,:) de Médicos de Na– varra corresponde al médico del, pueblo atender a la comunidad religiosa, como de su jurisdición; no prestar asistencia médica a los colegiales, por considerarse población flotante, de libre contratación. El Discretorio conventual, formado por los PP Eusebio y Bernardo de Az– pilcueta y Pedro de Leiza, en sesiones de los días 17 de noviembre de 1920 y 20 de enero de 1921, aceptan la propuesta que se les ha brindado de abonar al médico del lugar 150 pesetas anuales (144 de cuota y seis de gratificación) a razón de 12 pesetas por familia de 5 miembros, que cctizan en 4ª categoría, como si la comunidad religiosa estuviese constituida por ~ 2 familias, cor. un to– tal de 60 religiosos; D. Regino Istúriz, que tantas atenciones guardó con el Co– legio (consultas médicas, ausencias del Dr. Irigaray) percibirá los honorarios, según tarifa, por médico titular del término de Lecároz, pero D. Pedro de Olaor– túa, titular de Irurita y del Colegio, prestará gratuitamente sus servicios profe– sionales en la fraternidad religiosa. Y cumplió, hasta el 18 de abril de 1959, día de su jubilación forzosa. De su peso se cae que se procuró corresponder (no digo que ad aequalitatem) al interés que vino demostrando con su visita casi diaria y a pie 22 . Año de prueba el de 1918, el del cólera morbo, con su cortejo de tifus, trancazo o gripe o lo que fuere y sus secuelas. Afectado~ los médicos de Erra– zu, Arizcun (toda la familia ), Lesaca (y familia), Irurita. recaída de D. Pedro Olaortúa, que reclama los servicios de Fray Jorge de Maya. "Los doctores de casa -Fr. Jorge y Fr. Cornelio- , bien" (Lec. 16 oct. 1918, AP, Lec. 1). Se retrasa la apertura del curso. El industrial irunés, Anatolio Anatol co– munica al administrador y vicario, P. Pedro de Leiza, que no es necesaio ad– quirir la "máquina locomóvil desinfectadora"; basta con que se desinfecte la ropa de los colegiales al humo del azufre quemado demro de un recinto her– méticamente cerrado; respecto del personal, que en grup0S de unos seis, pasen por el cuarto de fumigación. Fue la solución propiciada por el Sr. Anguera, jefe de la inspección sanitaria del distrito fronterizo (16 oct.1918, en ACL, "Fac– turas, 1918"). Llegados el 19 de noviembre los de 5ºy 6º de bachillerato, "les fumigaron bien y luego fueron a cenar y a dormir". Se abrió el curso, previa autorización del Gobierno Civil de Navarra, el último día del mes de noviembre; pero por consejo del médico se anularon los permisos de salida y se suprimieron incluso 22. ACL: C.E. (7), AD. y crónica conventual, 18 de abril; y 19 de julio de 1959, éefunción del Dr. Olartúa. Breve panegírico le dedica el cronista por su competencia profesional y por su ejemplar religiosidad. 153
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