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sacra fames, fiebre del dinero, esos dos terribles vampiros que corrompen cuan– to tocan. Por haber sabido vacunarse contra los virus letales del cansancio, del di– nero y del poder institucionalizados, Lecároz ha podido mantener vigoróso su dinamismo primigenio y adaptarse progresivamente a las exigencias y signos de los tiempos". Y la multitudinaria y ruidosa familia, henchida de sano orgullo, tuvo oportunidad de rendir culto a la amistad, muchas veces apenas recordada por el paso del tiempo y la distancia, homenajear con sincera gratitud a la nos– tálgica y nutritiva Tortilla que tantos vacíos supo llenar y sorprenderse con el reencuentro de un montón de objetos humildes, cargados de historia cotidiana, rescatad.os del olvido y debidamente realzados en la Exposición permanente rea– lizada con motivo del Centenario. En el Número extraordinario de la Revista "Madre del Buen Consejo", en cuyas páginas centrales se relata la Crónica del Centenario, afirmábamos que además, con dicho número especial, pretendíamos contar literaria y gráficamen– te parte de los 100 años de la historia del Colegio, sin querer rehacerla desde la óptica de 1988. Preferimos rescatar del pasado visiones parciales y que ya habían sido publicadas en números anteriores. Textos y fotos conservaban el ran– cio sabor del pasado con toda la solera que el tiempo había dejado en ellos. Era– mos conscientes del riesgo que encerraba tal procedimiento, pues era mucho lo que había que desechar y por fuerza habrían de darse omisiones y lagunas de importancia. Omisiones que, entonces dijimos, serían ampliamente tratadas, ana– lizadas y explicadas en la obra histórica que el P. Eulogio Zudaire estaba preparando. Todas las celebraciones del Centenario culminan con la publicación de esta Obra por su carácter permanente. Ojalá contribuya a conocer mejor nues– tro rico pasado, a reconocernos en él y a amarlo. P. Jesús M. Larrañeta Rector 13

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