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Al P. "Prefecto de las cosas espirituales" apenas se le dedican cuatro párrafos del artículo VI: fomenta la vida piadosa de los colegiales, organiza las congregaciones, prepara a los niños de primera comunión, y cuando ésta es ge– neral, dirige a todos alguna breve plática. Acordará con el P. Rector lo relativo a la introducción, actos, conferencias de las congregaciones. La primera que se introdujo fue la del APOSTOLADO DE LA ORA– CION, cuya sesión inaugural se celebró el 7 de abril de 1911. Firmaron el acto, el P. Bernardo de Artica, rector; Fr. Joaquín de Beriáin, prefecto de disciplina y Fr. Miguel de Tudela, prefecto de las cosas espirituales. Conferencia y comunión mensual de sus socios que constan de miembros de la Junta y de celadores. Primer presidente, Joaquín Ortiz; secretario, Anto– nio Hurtado y uno de los "consiliarios", Jesús Leizaola. Quien más ejerció esta prefectura fue el P. Ignacio Mª de AJdaz, que su– cedió al P. Eusebio de Azpilcueta desde 1918 a 1926; al P. Pascual de Pamplo– na, desde 3 de abril de 1929, a 30 de marzo de 1930; al P. Dositeo de Olio, desde 15 de octubre de 1933 a 25 de marzo de 1936. Le' sustituye desde no– viembre de 1936 al 28 de abril de 1940, última acta, el P. Zacarías de Gulina. Los miembros de la Junta y celadores desfilan en las procesiones con sus medallas y su pendón, se turnan ante el Santísimo en las XL Horas, llevan las andas de los pasos y las varas del palio; son excluidos si reciben un castigo fuer– te o malas calificaciones. Disfrutan de "dos vales mensuales", redentores de castigos. La última Junta estaba formada por el P. Zacarías Mª de Gulina, direc– tor; Francisco Tellería, presidente; Pedro Lasarte, vicepresidente; Jesús Ozcoi– di, secretario; Félix Odriozola y Adolfo Martín, vocales. El artículo VII, dedicado a los Hnos. legos, consta de 34 párrafos nume– rados. Las únicas novedades con respecto al Reglamento que presentó el P. Ar– tica fueron sustituir la palabra "excusados " por "retretes" y la mención de Fray Félix de Arraiz como principal responsable, por la de "H. Mayor" (párra– fos 22 y 33). Se inculca a los Hnos. legos, el buen ejemplo, la cortesía y educación re– ligiosa con los alumnos, con los que no conversarán y a los que no podrán re– prender ni castigar, sino denunciarlos al P. Rector o al P. Prefecto. Se hace especial hincapié en el cuidado, solicitud y limpieza con que han de servir a los niños los que hagan de camareros. Están sujetos a un horario muy duro, sin apenas respiro, desde las 4,30 en que han de oír misa (salvo los de la vigilancia nocturna) hasta el acostarse, luego de hecha la limpieza de me– sas y cubiertos del refectorio colegial y de concluidos los rezos vespertinos. Ha– cen "imaginaria" de dos en dos, la primera pareja hasta la una y media y la segunda hasta las seis, hora de levantarse los colegiales y en que, los de la pri– mera vela acudirán con el resto de los Hnos. y el P. Prefecto al dormitorio, para vigilancia, ventilación y aseo. Los jueves, día de paseo, el Hno. encargado del dormitorio con los otros que juzgare necesarios, repasarán los zapatos, que lustrarán con betún mate. Y cuando algún alumno tenga aviso de visita, el Hno. ropero procurará arreglarlo lo mejor posible, y "echará un vistazo sobre cada prenda en particu– lar, camisa, corbata, cuello, zapatos, etc. y después de aseados bien los acom– pañará hasta la portería, donde los dejará, volviendo a su ocupación". 138
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