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toso abuso de la música", con misas a toda orquesta hasta en días de labor y novicios instrumentistas. LLegan a recibir las órdenes sagradas sin preparación alguna. "Y conste que yo tengo voto en la materia, pues han estado bajo mi dirección la mayor parte de ellos". Que no se dejen impresionar en Roma -previene al P. Angel de Villava– por la avalancha epistolar que pueda asaltarle, porque a contar sus problemas les habituó el P. Llevaneras, que así "se ha enterado de muchas cosas que él quería y ha conocido el interior de cada uno" 158 . Y a Roma llega una balumba de cartas, procedentes de Salamanca, Bil– bao, Fuenterrabía y Lecároz-El Pardo. El P. Angel de Villava no solamente no se dejó impresionar por las 35 firmas del documento remitido a la curia general, sino que se le antojó artificio de insubordinación, enteramente censurable. Discrepó de su dictamen el P. Eu– sebio de Echalar (presidente de la fraternidad de El Pardo), al cual tranquilizó el propio P. Andermatt: "acquiescatis quoad petitionem vestram, quae non vi– tuperanda est" 158 b. Desde Salamanca, religiosos formados en el Colegio de Lecároz, propug– nan la formación de la provincia cantábrica, con los obispados de Oviedo, San– tander, Vitoria y Burgos, por razones étnico geográficas, por su formaciós es– pecialísima y por su antagonismo con los de tierra adentro, derivado no sólo de la diversidad de caracteres, sino del desdén manifestado reiteradamente por los Superiores de Castila con los procedentes de la Escuela Seráfica "como hu– mildemente lo manifestamos ya otras veces" -declara el P. Angel de Fuenterra– bía159. Piden, según quedó ya indicado, los conventos de Montehano, Bilbao, Fuenterrabía y Lecároz. Desde Bilbao, el min prov de Castilla, Fr. Lorenzo Mª de Arraiz, con sus definidores Fr. Ladislao Mª de Rionegro (que lo fue del P. LLevaneras) y Fr. Justo de Eraul, tratan de evitar el golpe, "por los inconvenientes gravísimos e insuperables", que no tardarán en manifestarse una vez aprobado el decreto 16 º. Desde Lecároz, el vice procurador general, P. Bernardo de Artica, se li– mita a dar el curso al escrito, en 4 puntos, que le han presentado los profeso– res: se bastan solos para afrontar cualquier compromiso; hay en la Orden ca– puchina 30 provincias con menos religiosos que el Distrito Matritense. De ahí su normal transformación en provincia independiente -arguye el P. Adolfo Mª de Peralta en elegantísimo latín- con sus 40 sacerdotes profesos de hace 10, 15, 158. P. Silvestre de Mañeru al Rdmo. P. Angel de Villava, Def. Gral.; Lecároz, 31 de julio y 2 y 7 de agosto de 1907: AP, L-3. Id. al Definitorio General, Lecároz, 30 de julio de 1907: AG-G-62 (S.D.N.). 158b. P. Eusebio de Echalar al P. Andermatt, El Pardo 8 de agosto de 1907; minuta de respuesta, Roma 14 de agosto de 1907: AG-G,62, Hispania III; P. Eusebio de E. al P. Angel de Villava, que responde desde Roma, 12 de agosto de 1907: ACL, L-123. 159. Salamanca, 6 de agosto de 1907. En la misma fehca y en sendas cartas los PP. Joa– quín de Solárzano, Bruno de Artica, Estanislao y Francisco M' de Guernica y Benjamín de Esca– lante, que en otra de IOde agosto se expansiona más abiertamente, en su nombre y en el de los que, por miedo a sus superiores, guardan silencio: AG, G-62 (S.D.N.). 160. Bilbao, 10 de julio de 1907: Fr. Lorenzo de Arraiz, min. prov. al Rdmo. P. Ander– matt: " ... de parte de esta provincia hay inconvenientes gravísimos e insuperables para poner en práctica el Decreto": AG. G-62 (S.D.N.). 112

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