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Francisco Xavier de Sangüesa, que sucede en el cargo que fuera provisional y en el de prefecto de estudios, al P. José de Lecároz. Y en presencia del Rdmo., del presidente Cieza y del vicario conventual, P. Silvestre de Mañeru, y de todo el profesorado, se da lectura, después de la indulgencia de la noche, en la clase mayor, al REGLAMENTO reformado "con los 20 avisos -comenta el P. Cieza- para la mejor observancia; y este Reglamen– to está hecho con una maestría y discreción admirables... y reside en todo él una sabiduría celestial". En páginas precedentes se dio cuenta de su contenido y se hizo notar que solamente afectan esos 20 avisos a la clase docente; no a la discente. Terminada la lectura, todos, salvo el Rdmo., Cieza y Mañeru, abrazan y besan la mano del P. Javier; los tres exceptuados se limitan a darle el abrazo. Se cierra la ceremonia "con una copita de vino con galletas" 145 • Puede barruntarse de alguna nota imprecisa del colegial José Mª de Oyar– zun que en el azaroso año de 1904 se desentendió el P. Llevaneras de un me– nester pastoral que le sujetaba no poco al colegio: la confesión y dirección es– piritual de los niños. Parece tener previsto el nuevo sesgo que va a tomar su obra. Faltan noticias de sus andanzas desde octubre a diciembre de 1904. El 3 de marzo de 1905 se ausenta de Lecároz, vía El Pardo, Madrid, Roma; y no regresa hasta el 30 de junio, por la noche; "y pueden figurarse la alegría con que le recibimos después de cuatro meses de ausencia", escribe a sus papás el prenovicio de Oyarzun. Nuevamente desaparece el 5 de octubre, al día siguiente de la celebración solemnísima de la fiesta de San Francisco. Esta vez, por atender a su salud. Se hospeda en el hogar de D. Isidro, en San Juan de Luz; pasa 15 días con los Alberdi de Azcoitia; otros varios en casa del señor Irigoyen, de Oyarzun; otros, "dando la vuelta a Aldaz" con los Juanmartiñena; y regresa a Lecároz el 18 de noviembre por la noche. El Rdmo., "gracias a Dios, se ha puesto muy bien" (José Irigoyen a su tía Carmen, Lecároz 1 de diciembre de 1905). Durante su ausencia, el P. Cieza envió al P. Pedro de Madrid la fotogra– fía que hizo del Rdmo., Fr. Antonio de Antequera, para marcador de un retra– to al óleo. Ignoro si llegó a realizarlo aquel hábil copista de cuadros de Murillo. Tampoco declara el P. Cieza por qué desea otro retrato, cuando había dejado uno, nada desdeñable, el célebre artista Ramiro Ros Ráfales, autor de las escenas de la vida de San Francisco que animaban las dos galerías del pa– bellón de la comunidad, de donde pasó una parte al comedor de los colegiales: unos 40 cuadros realizados antes del año 1902 (Cieza, "B", 18 de enero 1902) y sufragados, según parecer de Joaquín Jiménez, por D. José Salamero, de cuya Escuela de A. y O. fue profesor auxiliar D. Ramiro. l. 5 Euskaria Al dar una referencia acerca de la familia religiosa lecarocense en 1905, insinué que alguna nueva inquietud soterrada entraba en vibración. Y no era 145. Berardo de Cieza, Crónica "D", jueves 29 de sept. 1904: A. P. El P. Artica continua– ba en El Pardo. 102
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