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-320- CAPITULO XXXIV La Religiosa misionera. 1. 0 Las piadosas mujeres del Evangelio.-2. 0 Un ejército de sagradas amazonas.-3. Necesi– dad de una seria educación misional.- 4. 0 Qué hace una Religiosa en misiones.-5. 0 La religiosa misionera en su campo de acción. 1. 0 Las piadosas mujeres del Evangelio.– Nuestro divino Maestro, durante los tres años de su predicación, estuvo acompañado, asistido y ayudado por un grupo de piadosas mujeres, al frente de las cua– les se encontraba su santísima Madre. Aunque el Evangelio no lo dice claramente, esas mujeres debieron hacer el oficio de nuestras catequis– tas, dedicándose entre otras cosas, a completar la ins– trucción en las personas de su sexo y a hacer proséli– tos relatando las doctrinas, los milagros y la vida del Salvador, allí donde con dificultad hubiera llegado la palabra de Jesús y de sus Apóstoles. Después de la ascensión de Jesús a los cielos, aquel grupo de santas mujeres continuó trabajando en el desenvolvimiento de la naciente Iglesia. Ellas sin du– da alguna pertenecieron al número de aquellas vírge– nes y piadosas matronas que, como narran los «Hechos de los Apóstoles» tuvieron su lugar señalado en las va-
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