BCCCAP00000000000000000000185
-317- cerlo, si reflexionas, que el compaflero que viene a vi– sitarte y pedirte que Jo recibas en tu casa por dos o tres días, te ayudará, si sabes aprovecharte de él, a ga– nar mucho tiempo en vez de perderlo. Es decir, que podrás aprender de él muchos consejos prácticos sobre la vida apostólíca; podrás adquirir muchos conocimien– tos acerca de algunas dificultades que tengas sobre la lengua, las costumbres o errores religiosos del país; podrás en su compañía resarcirte y descansar de los largos días de soledad que tienes; confesarte, hablar de Dios y tener noticias de los otros compañeros y sobre todo tendrás acasión de ejercitar la caridad fra– terna. El expectáculo del amor fraterno entre dos misio– neros, que se encuentran, es la mejor predicación que puede hacerse a los criados y cristianos· de la misión. Sé, por tanto generoso de tu persona y de tus bienes y si careces de algo especial que ofrecerle, dale lo que pue– das, acompáñalo con la sonrisa en tu rostro y con bue– nos modales. Por ningún asunto que tengas entre ma– nos, por ninguna razón que se te ofrezca le muestres mala cara a tu huesped. El disgusto interior aparece en el rostro, en los ojos, en el hablar, en los modales, en todo. Ttt huesped puede notarlo y sentirse humillado y cohibido. La impresión de una buena acogida durante un mes, puede destruirse con una sola mirada de un momento. La hospitalidad es un dulce fruto del árbol de la caridad y como ésta subyuga los corazones, ensancha el espíritú y hace llorar de consuelo. Sé pobre cuanto quieras, pero tu pobreza debe ser generosa y no apare-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz