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-262- fructuoso apostolado, pues con sóla ella has sostenido el ánimo de tus catequistas, de tus maestros 'y de tus bautizadores; has conservado a tus cristianos en la ob– servancia de las doctrinas de Jesucristo y has manteni– do alejados a los lobos, que siempre están prontos a caer sobre el rebaño cuando faltan los pastores, sean estos viejos impotentes o jóvenes sin experiencia. Eso y mucho más es lo que has hecho y debes se– guir haciendo, si es que amas de veras a Jesús y las al– mas. Lejos de tí siempre el calificativo de «derrotista»; no pienses nunca, lleno de pesimismo, que ya no hay remedio, que ya no hay nada que hacer, que todo se pierde inútilmente, tiempo, fuerzas, salud y dinero. Que no salgan jamás de tus labios esas frases, que consti– tuyen una verdadera blasfemia contra Jesucristo y el apostolado católico. E! día en que, convencido de su verdad, las profirieras, ese día dejarías de ser apóstol y serías un fracasado en la Iglesia de Jesucristo. 3. 0 Segunda causa: las contradicciones de los hombres.-Otra de las causas principales del abati– miento son las luchas, las calumnias, las contradicciones e injusticias, que levantan los hombre frente al misio– nero y su obra. ¡Con cuánta razón pudo decir San Jeró– nimo: « Vere dura Evangelistarum conditio!» Ya puedes hacer todos los milagros que quieras: la mayor parte de los hombres te llamarán «maestro,» pero maestro de... los demás. Te seguirán y escucha– án, no para aprender la verdad, sino para juzgarte,
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