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-257- CAPITULO XXIX ¡Atrás los cobardes! l. 0 Un enemigo nuevo y formidable.-2.º Primera causa del abatimiento: la obstinación de los paganos.-3.º Segunda causa: las contradiccio– nes de los hombres.-4.º Tercera causa: lapo– ca fidelidad de los cristianos.-5.º Un buen consejo que parece extraño: desconfía de las nuevas conversiones. 1. 0 Un enemigo nuevo y formidable.-¡EI abati– miento! He aquí un nuevo y formidable enemigo con el que jamás hubiera creído el misionero tenérselas que haber y contra el cual sin embargo es no sólo bueno si– no necesario prepararse desde el principio. ¡Alerta! pues, oh hermano y no confíes demasiado en tí mismo. El abatimiento es un mal de todos los países; es además una enfermedad endémica, que donde encuba una vez, deja huellas y predisposiciones extrañas, vol– viendo a reproducirse con facilidad. Por otra parte na– die como el misionero católico presenta partes tan dé– biles a un mal tan terrible. Diríase que lleva consigo el germen de la enfermedad y ¡ay! de él, si lo fecunda. «En efecto, el misionero no tiene un amigo, un confidente, una ayuda espiritual fácil y continua; atra- 11

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