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-195- CAPITULO XXIII Aclimatación. 1. 0 ,i:Qbliviscere domum tuam etdomum patris tui». -2.º El espíritu de crítica.-3.º Consejos al nuevo misionero, que escribe.-4.º Lo que ha– cían nuestros antiguos misioneros. 1°. «Obliviscere domum tuam et domum pa– tris tui».-Y con la lengua, la aclimatación. Yal hablar de aclimatación no nos referimos precisamente al adap– tamiento que el organismo del misionero sufre con re– lación al clima del lugar donde se encuentra. Esto ni ofrece grandes dificultades, ni está en nuestra mano el evitarlo. Voy a hablar del adaptamiento moral que de– be realizar espontáneamente el misionero, frente a los usos y costumbres de su nueva patria de adopción, ol– vidándose por amor de Dios y por el celo de las almas, de las costumbres y usos de su propio país. Esta es una de tantas cosas que Dios pide al sacer– dote cuando se decide a seguirle en la evangelización del mundo: « Obliuiscere domum tuam. et domum pa– tris tui». Y esta es precisamente la especialidad y co– mo la característica del misionero católico, porque sólo el misionero católico sabe hacerse todo para todos y se adapta a las costumbres y hasta a las debilidades de todos. Es necesario llegar a esto, cueste lo que cueste, porque no hay otro medio de ganarse la confianza de
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