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CONSTIT. «EXIIT» DE NICOLAS 111 249 firmemente prometimos», se refiere todo al princ1p10 de la Regla modificado o determinado y especificado, E'S a saber: a la dicha observancia del Evangelio modificada o determinada y especifi– cada por la Regla en aquellas tres cosas; pues no parece Vi'rosí– mil que, habiéndose ya expres.vdo el Santo \Fundador) con cierta modificaC'ión o determinaC'ión y especificación, al repetirlo en compendio, quisiese hacerlo sin la modificación o determinación y especificación puesta por él; y esto tanto más, cuanto que las reglas de ambos derechos nos enseñan que muchas veces debemos referir al medio y al fin las cosas puestas al principio; las que se pusieron en el medio, al principio y al fin; y a ambos o a algu– no de ellos las que se pusiE'ron en el fin. 3. Y dado que absolutamente se dijera: Prometo observar el santo Ei•angelio, (a no ser que el que profesase quisiera obligarse a la observancia de todos los consejos, cosa que difícilmente o de ningún modo podría cumplir a la letra; por lo que tal promesa más bien sería un lazo para el alma del que la hiciera) sin la vo– luntaJ expresa del interesado, no Jebería entenderse sino de la ob– srrvancia del Evangelio conforme fué enseñada por Jesucristo, es a saber, observando los preceptos como preceptos y los consejos co_ mo consejos. Y así parece haber entendido estas palabras el mis– mo san Francisco, según se deduce claramente de tollo lo contenL do en la Regla; pues lo que algunos consejos evang{•licos los insi– núa como consejos, con palabras de amonestación, exhortación o consejo, y otros con prohibición o mandato, por lo cual se ve que no fué la intención del Legislador obligar a los Frailes, en virtud de la profesión, a todos los consejos como si fueran preceptos evan– gélicos, sino tan sólo a aquellos que en la misma Regla se expre– san con palabras preceptivas o prohibitivas u otras equivalentes. Por lo cual Nos, para tranquilizar las conciencias de los Frailes de dicha Orden, declaramos que, por la profesión de la Regla, tan sólo están obligados a la guarda de aquellos consejos evangélicos que E•n la misma Regla se expresan con palabras preceptivas, pro– hibitivas u otras equivalentes. 4. .Pero tanto más que los otros cristianos están obligados por razón de su estado a la guarda de algunos consejos evangélicos, cuanto que al abrazar por la profesión ese estado más perfecto, se ofrecieron al Señor en completo holocausto, mediante el despre– cio de la·s cosas temporales. Y a todo cuanto En la Regla se contiene, ya sean preceptos, con– sejos u otras cosas, no están obligados por su profesión sino de aquel mismo modo que en la Regla se expresa, es a saber: están obligados a observar aquellas cosas que en la Regla se mandan con palabras obligatorias. 5. l\1as aquellas otras que se ponen con palabras de amonesta– ción, exhortación, información e instrucción o con cualesquiera otras palabras, tanto más es bueno y justo que las observen, cuan-
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