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ART. !.-REQUISITOS DE LA PREDICACION 191 tos, como a religiosos de una .r,eligión laical ex,enta, la da sólo ,el Or,dina.rio ,d,el luga.r; p,eru -el predicador no pued-e •lrncer uso ,de su faculta,d sin el consent.imiein-· ,te d,el Superior religioso. También •comp,ete -y exdu– siva:m-ente- al Ordi[lawio ,d,el lug:a:r dar facultad para predicar a las ,monjas, aunq•ue estén sujetas a .regu lares; p,ero ,en {!•sle últiLw ,caso s-e requiime ad-e,más la licencia del Sup-el'ior ·regular (4). 218. Concesión y revoca-0ión de la facultad de pre– dicar.--- l. Los Ordinarios d€ los lugares y los Supierío– r-es 1religios1Js lh:m,e graYe obligación ,d,e •conci,mcia d,e nu conr·ed,er a ·nadi,e facultad u lic-encia d,e pr,edkar, s1 d€ sus bu,ena,s •eoslumbres y suficiente doctrina no les consta, ordinwriame·nte, por lo qu,e sie ,refiere a la do.c– trina, por medi·o d,e examen. P,ero los Ordinarfos d{\ los lugares no ni,eguen, sin graY,e •causa, la fa·cnlta•d ,de predicar a los religiosos ·pres-entados por ,el Superior, con ,tal d{• qu,e por lo ,demás s ,e.an aiptos 1 y •const,e de ,ello ·por el modo que airriba s,e dijo (5). 2. Si ,(lesprn\s d,e concedida la facultad o licencia d-e Jm!·dicar compru,eba el Sup,erior o el Ordinario del 1 ugar qu,e fil pr,edicador •carnc,e d,e las debi,das ,do,tes, se J,e debe r-etirar dicha Ji.cencia o facultad; y si •hu– hi,ese duda s,obre su doctrina, hay que ,disiparla, sorne– ! ;;-,11do, c,i -es n,e,resarin, al 1medicadnr a nu,eyo exam,en, :l\ViH{lH' s,· 1 ratP el,, nn religio,.,,, o regular pn,srntado ~- I''l'nJm,endado por sn Sup-erior. Fna ypz conc,edida la Iic,pncia d,e predicar, ,,¡ Ordinarin ,el(>! lugar no d,eh,e r,etirarla sin graye causa, y mlwho menos a 1.o·dos •los rPligi,1¡.;o;:; t!P mm rasa al mismo tiernpo, ,a no ser ·que consl*' rl-e la falta de d,enria o de ,pi,edad de •lodos y ,ra– da uno de ,ellos (6). Motivo graY,' paTa reUrar las lirencias ,d,p •pr,edica_ ril',n plwdP ser -el no so1met-ers,e a la;:: Normas que en (4) lb. § 2 y 3. Aunque el derecho canónico y la Regln no hnblan sino del permiso del Ordinario del lugar, sin emhmgo comúrrnente no se debe predicar contra la voluntad de los párrocos u otros encargados de iglesias. Solamente se podrá y se deberá defender el dered10 de predic2r. elevando el oportuno recurso, cuando se hubiese asumido 1Fr prediceci<,n por mandato del Ordinario del lugar, o si la omisión de In ·nisma cediese en grave detrimento de la Orden o c!P !ns a1lw 0 s. (5J c. c. 132\l, !" 1; 1340, § l. (6> c. c. 133H, § 1.; J.1.J0, § 2.
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