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- 84 - voluntad de sus rnperiores; siempre están segul'Os de no equivocarse» Ü) II Pero penetra un poco más en la práctica de la obediencia ... Si siempre te fuera gus– tosa o fácil Hendria acaso el mérito que tie– ne? Si hubieras de prestarla con alegría a solos los superiores de tu agrado ¿tendda efi· cacia religiosa tu voto de obediencia? ... ¿Acafso no es eso un punto que se observa en todas las situaciones? ... Extiende la con· sideración por todo el hemisferio y repara en todas las situaciones de los·hombres. Unos obedeeen a otros y todos obedecen con gusto al jefe de su gusto ... El mérito del religioso está en no mirar al hombre que manda y ordena, sino a Dios en cuyo nombre se obe– dece ... En cuanto se deja de consultar ésta brú– jula se hace molesta toda obediencia y co– mienzan las murmuraciones y pretextos ... Si miramos sólo al hombre que nos gobierna, veremos que muchas veces es inferior en mé– ritos a otros que obedecen, y que además mandan y ordenan con frecuentes equivoca– ciones por falta de prudencia ... Y ¿qué? ¿Es ese un motivo de rehusarles obedienciaT.•. (1) Aquí nos viene a la memoria el libro Regla de Perfec– ción reducida a hacer la voluntad divina del célebre P. Beni.– to de Canfeld, célebre protestante convertido a capnchino, y convertidor de mucho».

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