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- 83 - todo hijo .de casa. Mientras tanto Jesús vive inmolándose secretamente hecho obediente hasta la muerte de cruz .. ¿Quién es Jésús? Lo hemos :va meditado. Y si Jesús con ser lo que fué, practica P.sta maravilloFa virtud pr.ra enseñarnos a practi· cr1rla, ¿por qué nos hernos de quejar nosotros cuando se nos antoja arduo P,l .obedecer? ... En aquella casita de Nazaret las tres perso· nas que vivían eran tres modelos de callada, perfecta y,pr:onta obediencia. Sólo- se-miraba el benepliicito divino, que es precisan1ente el deber-de 'un religiosó consciente de sus de- beres ... ·, · Cierto que aquellas personas todas tres era'tr· santas, y mu.chas veces entre nosotros no si.ernpre somos santos r¡i delicados los que nos,mandan·....· De. :hec.ho eso motiva que sea– moS' •hO'stias vivientes» agradables a Dios ... Pero siempre también el motivo de nuestra obediencia es subliníe. Jesucristo obedeció por nosotros. Nosotros obedecemos por Je~ eristo. EEte se prestó gustosamente a la in– molación sin neQesidád y sin culpa, siendo Dios al mismo tiempo que. hombre. Nosotros con hartas cosas que expiar y. por necesidad de nuestra profesión·... · Pero córisidera los grandes bienes que te reporta la, obediencia callada, perfecta y pronta. Primeramente te hace victima agra· dable a Dios; pero luego te hace cljchoso .. iQué felices. son las religiosas, exclamaba Santa Teresita:, «No tienen más norte que la

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