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- 76 - para vivir semejantes a Jesús, pobres en ab– soluto. ¿Cómo podrá pensarse que la pobrAza es innoble con la compañía de tanta nobleza como representan Jesús, María y José? ... Sin embargo, alma mla, necesitas repasar un poco las paredes y las pajas de Belén para convencerte que es necesario amar la pobre– za. No vino el Salvador eón aparato de po– der; le vemos con aparato de pobre, porque nadie puede suponerse tan pobre como un niño que nace de padres pobres, en un rin– cón abandonado del mundo, dedicado a esta– blo de ganados, y todo él lleno de necesida– des y lleno también de alta y misteriosa po– breza ... ¿,No te dice algo muy elocuente este pasaje, a tí, alma mía, que gustas de no ca– recer de nada? ... ¿,No te dice con voz vigo– rosa y potente ese niño del pesebre «discite a me» aprende de mí~ ... ¡Qué loca racionalidad la nuestra, si viendo al Salvador en tanta estrechez y neeesidad, creemos que es necesario rechazar la pobreza para aparentar ser noble! Nada más elocuen~ te que aquellas pajas ... Nada más brillante que aquella obscuridad: .. El pesebre ilumina todo el panorama de la vida religio,a .. Es difícil servir a Cristo con fidelidad, con riquezas materiales ... Es imposible gloriar– nos de ser sus discípulos sin ser pobres ... ¡Qué bien lo entendió el Seráfico P. S. Fran– cisco! ... Su bellísima dama ta pobreza estaba emparentada con el linaje del Pesebre. Pau– per, servus et humilis.
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