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AFECTOS Verdaderamente eres digno y justo y es justo y digno que procuremos elevarnos a tí, Dios mío ... ¡Qué sabor de gloria nos deja, Se– ñor, la meditación del cielo!. .. j Qué nuevos afanes de servirte brotan en el corazón a su vera ... Lejos parece que está, pero está muy cerca, porque el cielo_ eres tú, Dios mío ... Gra– cias infinitas debemos darte por habernos traído a la comprensión de tan gran bien ... Pero ¿qué gracias serán bastantes para ren– dirte porque nos hiciste religiosos con una es• peranza tan con razón esperada de gozarte en el paraíso?... Por tanto, Dios mío, permíteme que con los ángeles y arcángeles y con los tronos y domi– naciones y con toda la corte del cielo te diga: Sanctus, Sanctus, Sanctus. Santo, Santo, San– to, Sefior Dios de Sabahot. Llenos están de tu gloria, los cielos y la tierra .. ¡Hosanna in ex'. celsisf... · Que este canto de agradecimiento te sea homenaje de mi profunda gratitud. El será eternamente el himno de mi amor y de mi alabanza, · Mientras tanto, .Sefior mío; líbrame de mis enemigos. Deus auxilli mei et spes mea. ·