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39 En aquel trance daremos todo lo hecho por nulo, si no se ha hecho en orden a la vida eterna.•• En ca,mbiu nos darán grandes con– suelos los trabajos_soportados por Dios y las obras practicadas por la Orden y por e_l pró- · jimo... · . . ¡Qué diferente luz tendrán las c_o1;1asl ¡Qué diferente valor los empleos y las dignidades! Qué remordimientos y angustias engendra– rán en el alma los recuerd11s de pasiones y las intrigas de amigos. y compañeros en per. secución de prebendas y puestos! .. Qué dulce morir la del religioso humild_e y sacri– ficado... ¡Oh Dios mío, todos querr13mos en– tonces exclamar: «Moriatur anima mea morte justorum•. Muérase mi alma con la dulce muerte del justo. Para bien morir hay que prepararse con el despojamiento de aficiones vanas y con las prácticas de obras religiosas. Dispone domui tuae quia niorieris et non . ' vives~- El mejor medio para lograr buena muerte es morir a tiempo ... El religioso así debe procurar: mortui estis .et vita Vtlstira est abs– cóndita cqm Ohristo in Deo ..•