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.,.... 37 - Brit amplius. No habrá más tiempo. Gracia de Dios es que ahora en estos Ejercicios es– cuches las reconvenciones de la muerte. No hay maestra como ella: No hay consejero más seguro. Y t,qué te. dice la muerte? Ay! Para aprender a vivir no hay que olvidar el morir. ,Memento mori,. Nada escapa de esto; todos paramos en esto. Pulvis es. Hay que preparar la partida. Hay que or– -ienar la concienci'a. Hay que disponer la fuga y que no sea en el invierno de la des– nudez de obras buenas. Pon, alma mía, aten– to oído a las voces de la muerte. La muerte .te llama a cuentas secretas. Religioso que n:íe atiendEs, .. ¿desearías morir en este instante? t,Estás en condiciones de contestar «ecce ad– s.um »? Señor, vedme aquí. ¿Cómo están ·tus relaci.ones con Dios? Y t.us deberes de pro– fesión? .•. Y tus obligaciones respecto al pró– jimo?.,:,. ¿Cómo estás con tus votos?... ¿Cómo con tus observancias?.... ¿Cómo con tus prác– ticas espirituales? ... ¡Dios mío, qué confusión si ahora hubiera de presentarme delante de tí! · Parce míhí, Domine, nihil enim sunt dies mei. Peccavi ¿quid faciam tibi o custos ho. minum? Qué haré Señor viéndome con este fardo de µiis pecados no llorados y con este

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