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- 36 -· dre y a los gusanos: sois mis hermanos .•. jValiente parentesco para t.u vanidad! En esto pára el hombre. Brevi vivens, re– pletus multis miseriis. Después de un corto 1·espirar, Ein medio de mil suertes de miserias, bajar a meterse en un hoyo lleno de obscuri– dad y habitado de sabandijas y de gusanos que pastarán en mi cuerpo ••• Acuérdate aho– ra ¡oh, .hombre! de tus vanidades, de tus lu– jos, recreos y orgullosos devaneos ... ¡Mori– rás! Como a Ezequías te ha dicho Dios. pre– párate porque morirás y no vivirás .... Estás en capilla .•. No tardarás mucho ... Tal vez está la guadaña segándo la última flor que precede a la flor de tu vida... A todos do– mina la muerte. (1) Religioso, grande o pequeño, afamado o sin fama, con talento o con simplicidad, ob– servante o relajado, prelado o súbdito: morte morieris: ¡morirás! No te hagas el sordo. porque la voz de la muerte te ronda y te avi– sa la hora «in qua hora non putatis». A la hora menos pensada. A la esquina de una calle atropellado por un vehículo, de un ata– que del pecho o de un derrame cerebral... (2) No lo sabes, pero del;ies prepararte porque la muerte es un emperador que llega siempre con imposiciones soberanas. Los reyes desea– ron tener unos minutos más de vida, pero ya no era tiempo de reflexiones. Et tempus non (1) Divosqae mortalesque imperio uno aquo. (2) De die illa nemo scit (Mat, 24-86),.
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