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-· 28 - perderá jamás; quien se pierde, nunca jamás se podrá salvar .. iTerrible alternativa! cielo eterno o infier– no eterno ... Una vez y para siempre .. ¿No fué ese el pensamiento que te trajo a la religión? O) De no existir ese pavoroso problema ¿habrías tú vestido ese santo hábi– to? No, seguramente. Viniste con el ánimo resuelto a salvarte a toda costa, de todos modos, con todos los medios necesarios. Cuando hiciste el sacrificio de abandonar el mundo y lo que en él poseías de más querido, tenias fijos los ojos del alma en ese problema que vale por todos, porque abarca a todos. ¿Cómo, pues, ahora te parece que el mundo vale la pena de amarse? ... ¿Cómo vuelves a los bienes que con tanta voluntad abando– naste? ¿cómo aprecias en este momento el el asunto de tu salvación? ... ¿Crees acaso que dejó de ser tan pavoroso? ... ¿Piensas que te equivocaste al pensar como pensabas? .. Di, alma mia, ¿te preocupas ahora tesone– ramente, afanosamente en tu eterna salva– ción? ... Es tu idea abordante y central en todas tus empresas? ¿Sabes subordinar todas las cosas a esta fundamental necesidad de salvarte?... ¿Te salvads o no te salvarás? ... Los santos temblaban, tú no. tiemb,.las. Los santos Uoraban, tú no lloras.,. Los santos se mortificaban, tú no te mortificas ... Los san- (1) Ab amore hijos mundi vccati snmus ut aliud nécnlnm speremns et diligamus. S, Bernardo. (Ser 5 omn. Sanct 1 .

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