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- 20 - pide sentir el aguijón de los remordimientos de la conciencia ... Te haces sordo a las inspiraciones del Altí– simo ... Estás incapacitada para mov1:irte, co– mo el paralítico de la piscina. 2,No ves como te acomodas a todas las ideas laxas? ... ¿Cómo te dejas dominar de la pereza más vulgar? .. ¿Có– mo te hast.ían las obras de devoción? ... ¿,Có– mo practicas todo sin fervor ni casi gusto? ... 2,No ves en tí todos los caracteres de un per– fecto tibio? ... ¿Qué no estás en pecado mor– tal? ... 2,Lo puedes afirmar con seguridad? .. No estás acaso- en un sopor mental que ni pareces ca11didato del cielo ni del infierno~ .. Cómo te imaginas que sirves a Dios con un espíritu tan rural y tan poco fervoroso? .. ¿Cómo te imaginas ~umplir con tus santos deberes con una voluntad tan muerta a la devoción .. ¡Oh, tibieza, cuántas almas que se creen consagradas a Dios están viviendo en tus brazos muy a gusto del demonio! ... No son, tal vez, víctimas de él, pero espera poseerlas pronto, pronto .. La tibieza es un debilita– miento espiritual que incapacita para la resis– tencia en la tentación .. Creerás acaso que sabrás reaccionar contra una acometida del enemigo. ¡Tal vez! .. Pero no reparas que eso mismo te hace más presumida y con ello te c,rntelas menos? vas debilitándote cada vez má~ y en un punto dado te dará tal sacudi– da el demonio qne no podrás resistir. En pe– ligro terrible están las almas tibias; la tibieza