BCCCAP00000000000000000000181

- 148 - ocupa. Si por ventura pudiéramos vernos en peligro de perdernos en el tribunal de Dios; si la viéramos largarse al cielo, dejándonos a nosotros víctima de la justicia, podríamos atrevernos a parodiar aquello de S. Lorenzo al Papa Sixto. 2,Quo progréderis sine filio Mater? Adonde vas Madre mía sin tu hijo? ... Pero es necesario que procedamos como hijos, profesándole una devoción tierna, constante y pura. Tierna, que quiere decir fervorosa, cariñosa, afectuosa. Constante, es decir: por lo menos habitual; devoción de cada día, de cada hora si cabe, saludándol:-i frecuentemen– te con el saludo:,. Salve, illos tuos misericor– des oculos ad nos con verte. Pura, que sea reflejo de un corazón de hijo y que le expre– semos cordialmente diciéndole: Monstra te esse matrem. Muéstrnme que eres mi Madrt->. «Non te fallas, filius es, non hospes». No te engañes; eres hijo de casa, de frecuente trato, de familiar conversación, de confianza. No eres huésped en la devoción gue sólo apare– ce en ciertas circunstancias. «Filius es:.. Hay que demostrar nuestra condición de hijo, ,Mariam induitequot quot diligitis eam>. Re– vestíos de Maria l0s que os preciáis de amarla. Haec spleat in moribus, haec fulgeat in act,i– bus», dice S. Buenaventura. En estas condiciones podemos confiada– mente recurrir a ella seguros de merecer su _protección divina. Pero a fin de cobrar fervor es un medio más que interesante la devoción al Santísimo

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz