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AFECTOS Perrníteme, Bien mío, que tome en mis la– bios las dulces·palabrns de una de tus más caras esposas. ¡Florece en mí siempre, oh. mi amado Esposo Jest'ls, Lis perfumado. Florece en mi cor11zón, flor del CHlvario, rosa d(~ los 8agl'arios, 11zucen1t de los valles, lirio del campo, florece en mí, y que mi huer– to sea digno de que vengas a recrearte en él. Oh. Jesús. Esposo de la8 almas, ven, ven ... Desearía mol'Ír .. de amor, poi· tu amor, sólo por tu amor. Ven a recrearte con las manza– nas y con los granados de mi alma. Mira, Dios mio, que después de este Reti– ro bien puedo decir que te amo; por lo me– nos que te quiero amar .. De no ser así ¿en qué habré empleado mi tiempo? iQué amai:á quien no ama al que es la razón de todo ·amor~ Ojalá pudieran decir un día también de mi aquella palabra dicha por S. Juan: «Discipu– lum quem diligeb11t Jesns». Jfoé amado y te amó con predilección por eso «coeteri.s altius meruit honorad», ¡Divi110 apóstol! Yo admiro y glorifico tu bondad y tu con– descendencia, Jt-sús mío. Ert-s mqgnífico con