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- 137 - Esas almas humildes y desnuda~ no pueden menos de tomar prnporciones inauditas en el sentimiento del amor. . La unión causa en ellas una especie de en– sanchamiento de las facultades espirituales que es lo que quiso decir una santa al escribir: cuando el Señor descubre su faz. ensancha el alma. De ahí que estén ilenas de sabiauría di– vina que no se alcanza con la especulación ni con la capacidad natural por grande q4e sea. Considera, alma mía, que por esto., a veces, lás almas místicas pasan plaza de locas, por– que sus grandes claridades les hacen decir cosas que a los miopes intelectuales les pare– cen desatinos, y por eso muchos teólogos, simplemente especulativos, dan por boberías cosas que brotaron <le la maravillosa lumbre que las almas recogieron en la unión... Otras veces quedan asombrados ar1te las sentencias llenas de prudencia celestial de los humildes profesores de la unión mística . · Considera tambié_n que en este estado <le unión con Dios, las almas son tan puras y tan cuidadosas de su belleza espiritual que difi– cilmente incurren ni aun en falta¡;¡ leves; pues como el estado de nnión lo constituye la identidad habitual de la voluntad entr.e el alma y Dios, el alma ama todo lo que Dim, ama y aborrece todo lo que Dios aburrecf>, aunque sea una cosfl. leve. Antes de llegar al último grado de 1;1nión, que el B. Suson lo coloca en el grado noveno, (o último pe. ñasco de la montaña) puede haber faltas pe-

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