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- 136 - Foligno: «Amada mía, esposa mía ... he de hacer en tí cosas grandes a la vista de las na– ciones: en ,tí seré conocido; glorificado, cele– brado, en tí a la faz de las naciones será ado– rado el nombre que llevo,_... Considera que no empece a los efectos· que de esta unión resultan la poquedad de la cria– tura. Pues debes entender que la seráfica Sta. Angela, de quien te he hablado, conociéndose ruín y pecadora solía pensar y decir: «no eres tú digna de todos esos grandes amores, ... Con esto se apoderó de ella una terrible duda sobre las comunicaciones y dijo al ángel: «Si fueses el Espíritu Santo nq dirías esas in– conveniencias, porque soy frágil capaz de or– gullo,. Pero el ángel respondió: «Pues bien, pruébalo; prueba de sacar vanidad de mis pa– labras; procúralo un poco: prueba de pensar en otra cosa» ... Confiesa la santa que hizo todo lo que pudo para concebir un pensa– miento de orgullo; pero como le vi,niesen a la memoria todos sus pecados sintió humildad tal como nunca hubiera sentido en toda su vida (cap. XX). Considera. pues, qué aseguradas deben estar las almas en este grado de unión con Dios que ni pueden concebir un leve soplo de orgu• !lo, porque es tal la luz y el amorque les causa la. unión; son tales las afluencias del Divino Es– píritu, que casi les es imposible alejarse un punto de la verdad de las cosas que experi– mentan, y !o primero que experimentan es su bajeza y la grandeza de Dios.

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