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1:29 - Pero todavía me tiembla el pulso de pen– sar en semejante felicidad. Confío, no obstante, que Vos haréis lo que me falta a mi. Sagittae tuae infixae sunt mihi. Me has clavado saetas de amor en el co– razón. Son saetas que hieren sabrosamente, hie– ren y no matan. El mismo Amado canta res· pecto a su amada diciendo: Vulnerati cor meum,soro1· meaSponsa, vulner.asti cormeum (Cántico). Has herido mi corazón, esposa mía, has herido n1i corazon iOh, alma regalada la que pudo herir así al A111ador Divino! iOh, locura santa la que lleva al hombre a embria– garse del amor sublime que se gusta en la union con Dios! · Volveré a repetir con el amante Agustín: «Sero "te amavi o tan nova et antiqua pulchri– tudo! Vae ternpori illi quando te non amavi». (Solil c- 31) Muy tarde te empecé a amar, oh hermo– sura nueva y antigua. iAy del tiempo que empleé siu amarte! i Ojalá sintiera yo eficaz· mente el imperio total y absoluto de ese amor · para deciros Dios mio: «Deus meus et om– nia> como el errático Padre; o también con el Dr de Hlpona: Quidquid mihi praeter Deum est, dulce non est (in Sal 26. Que todo me fuera amargo sin tu itmor; que no quiera otra cosa que tu amor, porque «cui Deus totum est, mundus ei nihil est».

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