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-104 - Jesucristo sabía lo que le esperaba de parte de los judíos. Lo sabía y no lo rehusaba, an– tes se prestó voluntariamente al sacrificio como una oveja que camina al matadero ... Amable y resignadamente comunica a los suyos que al subir a Jerusalén será prendido, azotado, escarnecido y muerto en cruz; pero que al tercer día resucitaría ... Las circunstancias de saber lo que le aguar– daba; la voluntad con que se pn:sta al sacrifi– cio y la grandeza del mismo sacrificio, ofrecen a nuestra meditación profundas· reflexiones. Sciens quia venit hora ejus. El hombre que sabe que le· espera un sacrificio, lo evita. Sólo Jesucristo lo aceptó con voluntad. cTengo po– testad de dejar mi vida y de tomarla,, pero es preciso sacrificarse para hacer la voluntad ,del Padre Eterno y para redimir las almas .. . ' ,¿Alma mía, no te dice nada este detalle? .. . ¿Cuántas veces te revelas contra una pa– ·sión tan pequeña como una conúariedad aun sabiendo la voluntad del Padre Celestial? ... Mientras te dice la Imitación de Cristo (lib. II c. XII) que toda la vida de Cristo fué cruz y martirio, tú te empeñas en suprimir de tu vida toda cruz y martirio ... ¿Cómo piensas así ir en seguimiento de Jesús? Qui– sieras acompañarle en la hora del Tabor y entonces todo entusiasmo te parece poco. Pero llega la hora de la pasión y te vuelves imposible ... Mientras las loas y alabanzas de los hombres te acompañan en tu vida pare– ces encantado de Jesús, le predicas con gus-
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