BCCCAP00000000000000000000173

CONSTITUCIONES. CAPITlJLO VII fraternidad misma, restableciéndose la unión con el Sal– vador y la reconciliación con la Iglesia. 2 Además, al aplicarnos en este sacramento el bene– ficio de la muerte y resurrección de Cristo, participamos íntimamente de la Eucaristía y del misterio de la Iglesia. 3 Renovada la pureza del corazón por este sacramen– to, vivimos cada vez más profundamente la pobreza de hecho y en espíritu. 4 Tengamos, pues, en gran estima la frecuente confe– sión de nuestros pecados, el examen diario de concien– cia y la dirección espiritual. 90 1 Además del Ordinario del lugar, concede jurisdic– ción para oír las confesiones sacramentales de los her– manos el superior mayor y, en casos particulares «ad modum actus», también el superior local, si es sacer– dote. 2 Todo sacerdote de la Orden aprobado por su supe– rior mayor puede confesar a los hermanos en todo el mundo. 3 Los hermanos pueden confesar libremente sus pe– cados a todo sacerdote que tenga jurisdicción de cual– quier Ordinario . ..¡ Los confesores tengan presente la exhortación de san Francisco a no airarse ni alterarse por el pecado de alguno, sino a tratarlo bondadosamente en el Señor. 91 1 Movidos por el espíritu de conversión y renovación, practiquemos en todo tiempo obras de penitencia, según nos lo inspirare el Señor, para que actúe cada vez más en nosotros el misterio pascual de Cristo. 2 Recordemos, ante todo, que nuestra misma vida consagrada a Dios es ya una excelente penitencia. , Ofrezcámosle también, por nuestra salvación y por la de los demás, la pobreza, la humildad, las molestias

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz