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52 CONSTITUCIONES. CAPITULO II 2 Nuestro vestido, según la Regla y la costumbre de la Orden, consta de túnica con capucho de color castaño, cordón y sandalias o, por causa justa, calzado. 3 Allí donde, según los diversos lugares y tiempos, fuere más conveniente otro vestido, los superiores ma– yores con su consejo y oída la Conferencia de superio– res mayores provean de otro modo, según les pareciere mejor ante Dios, teniendo presentes las normas dadas por la autoridad eclesiástica. 4 La misma norma de pluriformidad rige también respecto a la costumbre de llevar barba. 32 1 Los signos de humildad que exteriormente llevan los hermanos contribuyen poco a la salvación de las al– mas, si ellos mismos no están animados por el espíritu de humildad. 2 Por tanto, a ejemplo de san Francisco, esforcémo– nos con todas nuestras fuerzas en ser buenos, no sólo en parecerlo, en ser lo mismo de palabra y de obra, exte– rior e interiormente. 3 Revestidos, pues, de Cristo manso y humilde, sea– mos menores no en apariencia sino de corazón, de pa– labra y de obra, en dichos y en hechos y, considerándo– nos, según el consejo de la Regla, menores que todos, anticipémonos a los demás con muestras de deferencia.