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CONSTITUCIONES. CAPITULO fI 51 29 1 Todos los llamados por Dios a la profesión de los consejos evangélicos deben procurar vivir en consonan– cia con esa vocación. 2 Por tanto, custodiemos todos en nosotros y en los demás el don de la vocación religiosa y el de la perseve– rancia y consolidémoslos con fiel cooperación, prudente vigilancia y oración constante. 3 Guardémonos también, hermanos, de caer en la apostasía del corazón, que tiene lugar cuando uno lleva por tibieza, bajo el vestido religioso, un corazón mun– dano, se aparta del espíritu y amor de la propia voca– ción y se deja dominar por el espíritu soberbio y sen– sual de este mundo. Acordémonos, más bien, de las pa– labras del apóstol: «No os acomodéis a este mundo» y huyamos ele cuanto sepa a pecado y enerve la vida reli– giosa. ARTÍCllLO V. V csticlo externo v clisposicióu interior ele los hermanos 30 1 Brille la pobreza en tocio lo que usamos y, como peregrinos y extranjeros, demostremos claramente que el reino de Cristo no es de este mundo. 2 Por este motivo se ordena que los hermanos, que eligieron ser menores en la Iglesia, usen solamente de aquellas prendas que en la propia región están acordes con la pobreza y sencillez. 3 Observen también esto cuando, por las peculiares circunstancias de la región, lleven distinto vestido del tradicional en la Orden. 31 1 Lleven los hermanos el vestido religioso dentro y fuera de casa, teniendo presente que es signo ele la con– sagración hecha a Dios y ele nuestra fraternidad.