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CONSTITUCIONES. CAPITULO IX 109 3 En el método de enseñar, en sus coloquios con los alumnos, en la dirección activa de los ejercicios, procu– ren que los estudiantes adquieran una cultura viva y coherente. 4 Pongan diligente cuidado en preparar y dar sus lec– ciones, dedíquense al progreso de sus estudios bajo el magisterio de la Iglesia y acomoden las lecciones a sus exigencias. 5 Se recomienda, finalmente, que dediquen sus ener– gías a la investigación y difusión <le trabajos científi– cos, principalmente de tema franciscano. En esto, pue– de prestarles ayuda nuestro Instituto Histórico, al igual que a otros hermanos. 136 I Todos los hermanos prosigan constantes el cultivo de los estudios, principalmente sagrados, tan neces3rios para el apostolado; y los superiores denles para ello los medios oportunos. 2 Además, según las normas dadas por los superio– res mayores asistan a congresos o a cursillos acerca de nuestra vida o de la cultura teológica, y sobre el ejer– cicio del ministerio o de las profesiones técnicas. 3 Terminado el período de formación general, los hermanos sacerdotes dedíquense, según las normas de la Igiesia, a estudios y trabajos pastorales y frecuenten cursos o clases especiales sobre diferentes disciplinas de la ciencia sagrada y temas franciscanos. 137 1 El secretariado general de formación suministre ayuda e informes a los superiores generales y provincia– les para fomentar y reglamentar cuanto concierne a for– mación y estudios. 2 Asimismo, en cada provincia haya un consejo de formación presidido por el prefecto provincial; y en to-