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108 CONSTITUCIONES. CAPITULO IX ra servir en la Iglesia, como discípulos de nuestro Señor Jesucristo, sacerdote, profeta y pastor. 2 El arte de ejercer el apostolado no se enseñe sola– mente con instrucciones teóricas, sino también por me– dio de su ejercicio gradual, teniendo presentes las ne– cesidades pastorales de las regiones y el aspecto misio– nal y ecuménico. 3 Los estudios, vivificados por la radiante caridad de Cristo, estén totalmente conformes con el espíritu de nuestra vida. .¡ Por ello, la formación en los estudios filosóficos y teológicos, dada principalmente según la doctrina fran– ciscana, se orientará a descubrir por grados a la mente de los alumnos el misterio de Cristo. 5 En las disciplinas filosóficas, los alumnos han de ser formados de tal modo que ante todo se vean lleva– dos como de la mano al logro de un conocimiento sólido y coherente del hombre, del mundo y de Dios. 6 Mas por lo que atañe a las materias teológicas, explíquenseles ele manera que extraigan con fidelidad la doctrina católica de las fuentes de la divina revelación. 7 Enséñese con especial diligencia la Sagrada Escri– tura, que debe ser el alma de toda la teología. s Búsquen,e las soluciones de los problemas huma– nos a la luz de la revelación y según las exigencias de las ciencias humanas, a fin de exponerlas en forma apro– piada a los hombres ele su tiempo. 135 1 Los profesores estén dotados de solida doctrina, conveniente experiencia pastoral y peculiar preparación espiritual, pedagógica y psicológica. 2 Ante todo, den testimonio de vida y mantengan ín– timo trato ele espíritu y acción entre sí y con los alumnos.

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