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EL ESTADO MISTICO 85 don de la sabiduría corresponde de hecho el acto de la contemplación. El don de inteligencia se or– dena al de la sabiduría y prepara para ella a las almas. «Quae quidem viam preparat ad usum doni sapientiae et ordinat ad sapientiae gustum ( 1) .» Por eso hemos dicho que son principios elicitivos 4el estado místico, aunque en la jerarquía general, el de sahiduría sea mayor y el de inteligencia menor. La contemplación mística se .realiza definitiva– mente con el don de sabiduría, que es un conocimien– to experimental de Dios. El acto característico de este don es hacernos gustar la suavidad divina. «Cujus actus consistit in degustando divinam suavi– tatem.» Cuando el alma ha sentido este gusto, todo cuanto puede sufrir por el Amado se le antoja lucro, .ganancia, contento. También lleva aparejado su gus– to correspondiente el «acto del don de inteligencia» ; pero como dice San Buenaventura: «Delectaibitur quis in cognitione veritatis, sed non sic sicut in gustu summe veritatis.» Claro es que el acto del don de sabiduría participa del entendimiento y del afecto, pero en esto último tiene su perfección. De suerte que el estado místico que por ese acto se caracteriza, es un conocimiento experimental de la verdad y su– ma dulzura de la divinidad. No olvidemos, empero, que la unión mística no depende en absoluto del co– nocimiento previo que le presta el don del entendi- (1) L. c. Don de sabi– duría.

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