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72 INTRODUCCION A LA l\IISTICA FRANCISCANA naventura, en todo el orden espiritual pueden estable– cerse estos dos principios: El estado místico, el estado de perfección y el estado de imp.erfección obedece a la diferencia de influencia y acción de par– te de las virtudes y dones. En el estado de perfección hay perfección integral o simpliciter sup~rabundan– tiae, que es el del estado místico; y la perfección no integral pero sufictentiae, perfección secundum quid, que responde al estado ascético. En el Breviloquium (1) hemos visto establecido: «Primo igitur ad inte– gritatem perfectionis sequiritur necessario perfectus recessus a malo, perfectus processus in bono et per– fectus status in optimo.» Es una manera de perfoc– óón verse libre de todo mal. Otro modo de perfec~ ción el progresar en el camino del qien, y finalmen– te una perfección superior el status in optimo. Todo ello se desenvuelve según la eficacia de los dones. La vida mfstica es el camino ordinario de esta últi– ma perfección: status in optimo; pero no es camino ordin(l!Yfio de la perfección en sí. Como, según San Juan de la Cruz, admitido por todos, hasta en el estado místico hay su activo y pa– sivo, dice San Buenaventura: <<Aliter sumitur dis– tintio donorum secundum distintionem duplicis vitae activae, scilicet et contemplativae ... » De un modo obran los dones en la vida activa y de otro en la con– templativa. En la activa vigorizando las facultades para obrar, y en la pasiva capacitando las potencias (1) Cap. VI.
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