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Dificultad de la contempla- ción. Trabajo previo. 54 INTRODUCCION A LA MISTICA FRANCISCANA qui est scala nostra scilicit : corporalem spiritualem et divinam.» A esta escala corresponde el triple es– tado de pecado>res, de iluminados y de perfectos o contemplativos. Es evidente que Dios constituyó al hombre en condiciones de contemplador. La prime– ra institución de la naturaleza humana era-hábil para la contemplación, «habilis ad contemplationis quie– tem ( 1) ». Fué puesto en el paraíso de deleites, por– que realmente es delicioso poder vivir contemplando a Dios, mas el hombre se torció, «avertens se a vero lumine». Se apartó de la verdadera lumbre y del verdadero Bien, volviéndose al bien conmutable. Por eso, ahora, en castigo le es difícil gozar del don de contemplación, siéndole preciso para lograrla puri– ficar su interior y prepararse con los ejercicios de la vida activa, mortificando el exterior. Esta con– templación no la puede alcanzar naturalmente el hombre inclinado a las criaturas, si no es socorrido por la gracia con la justicia contra la concupiscen– cia, y por la ciencia con la sabiduría contra la igno– rancia. ,Es pues preciso un trabajo previo de purificación y como de recreación, según frase del Seráfico. Hay que volver a adquirir la rectitud perdida y volver a «crear» con ejercicios de mortificación e iluminación la capacidad o aptitud contemplativa. Este trabajo de capacitación debe realizarse por medio de la meditación singularmente en la vía ilu- (1) L. c., núm. 7.