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CONCLUSIONES DE LA ESCUELA FRANCISCANA 51 sificación de gusto, olfato, tacto, vista, oUo.:. Aun cuando San Buenaventura no quiera señalar con tales palabras «nuevos hábitos», sino el «estado de ejercicio perfecto» de los «hábitos anteriores», no hay inconveniente, a nuestro juicio, en afirmar que el santo doctor admitió la existencia de los sentidos místicos y su necesidad para las altas per– cepciones sobrenaturales. De no ser así, nada le cos– taba emplear otra literatura verbal que se confun– diera menos con el significado y oficio de los senti– dos. Repitamos que dichos sentidos tienen un valor «analógico», pero que por medio de ellos se expli– can más gallardamente, y con mejor claridad, las va– riantes dé la e:x:periencia mística en los fenómenos sobrenaturales: En el libro III de las Sentencias vuelve a hablar de los senttdos, y dice para evitar equívocos: «Sen– sus potest accepi large pro quocumque usu gratiae perfecto et evidenti, et sensus potest did stricte, et sic sensus spiritualis dicitur usus gratiae interior res– pectu ipsius Dei secundum proportionem ad quinque sensus ( 1) .» La cuestión consiste en ~esolver si estos que se llaman sentidos místicos son «los actos más perfectos» o son «medios de realizarlos». Para los que niegan la necesidad de tales sentidos, está la prime– ra opinión, para nosotros está la segunda. Creemos que la palabra sentido místico entraña también un medio de realizarlos. (1) III Sent. d. XXII, dub. I, pág. 29L Confimiaci6n de nuestra tesis.

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