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BASES DE LA MISTICA FRANCISCANA 57 da; es la glorificación terrestre de la vida sobrena– tural, porque es la eflorescencia del amor pasiva– mente sentida por la experiencia mística de la pre– sencia divina y de su gracia. La mística es el ejer– cicio superior de los dones del Espíritu Santo por medio de la moción especial gratuita y amorosa de la virtud divina. Sin esta primera «sobrenaturaliza– ción» del alma es imposible pensar en el desenvol– vimiento de la vida espiritual en el estado místico hasta llegar a la unión transformativa. Esta trans– formación unitiva o unión transformativa es el tér– mino, final de la gracia de la contemplación en la vida. Para llegar a este punto es preciso ofrecer acti– vamente lugar a la fuerza especial de los dones. Es d'ecir, hay que prepararse: «qui igitur vult in Deum ascendere necesse est u't vita;ta; culpa deformante naturam,. naturales potentias supradictas exerceat ad gratiam reformantem et hoc per operationem (1) .» Otra de las bases de nuestra mística es que aun en la vida sobrenatural encumbrada debe procederse por vía de la fe o apoyados en la fe. Totius spiritua– lis aedificii fundamentum est fides. La vida espi– ritual se desarrolla en el orden de la fe hasta llegar «a la sabiduría experimental del amor». La. fe es el origen de la sabiduría; «fides est origo sapientiae» (2). A la luz de la fe no se añaden en la vida mís- (1) Itinerarium, cap. I, v. 8, pág. 298. (2) Col!. III, 11úrri. 29, pág. 347.

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