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Una extrañe– za justificada. 28 INTRODUCCION A LA MISTICA FRANCISCANA oro de la literatura franciscana. El S oliloquiuni, según M. Palhories, es también un escrito de «pre– mier ordre» como el De iriplici vita y el Vitis nvysti– ca «remplis de pages sublimes». Digamos en una pala– bra de los libros del Seráfico Maestro lo que de ellos • afirma el Padre Herve de Santa María ( O. Carm.) ; «que tratan_todas las materias espirituales desde sus primeros elementos hasta los grados más perfectos». Por eso extraña sobremanera que escritores mís– ticos de fama, demuestren negligencia en el estudio de este doctor que ha conocido las más altas expe– riencias de la vida sobrenatural, y que por otra par– te, mereció de León XIII el siguiente elogio: «Is postquam maxime arduas quaestiones speculationis summitates conscendit, de mystica theologia tantae perfectione disseruit, ut de ea communi homi– num peritissimorum suffragio habeatur facile prín– ceps (1) .» Con razón, pues, se echa de menos en ciertos mo– dernos escritores de mística la ausencia de docu– mentación bonaventuriana. El Padre Efren Longpre apuntando al Curso de ascético-mística del Padre Naval, dioe estas palabras: «Il est regrettable que ce livre qui se presente comme un manuel a l'usage des seminai'fes et des Institus religieux et dont nous re– connaissons pleinement le merite, ignore complete– ment la doctrine de San Bonaventure (2) .» ¿ Prue- (1) Alocución del 11 de Nov. 1890. (2) Arch. Franc. Hist. XIV, 107. :t·