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186 INTRODUCCION A LA MISTICA FRANCISCANA maestro en su oración. ¡ Qué tal sería el maestro de la que fué el «San Pablo de las mujeres», [ La oración, dice la Doctora, «no es sino tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama. En el capítulo III de las Cuartas moradas, alude a la enseñanza aprendida en el Padre Osuna ( 1) al tratar de la oración del recogimiento: «Dicen que el alma se entra dentro de sí y que otras veces sube sobre sí.» El Padre Silverio trae oportunamente la doctrina del Tercer Abecedario. Téngase en cuenta que el Padre Osuna en el pró– logo advierte que trata del ejercicio de recogimien– to, y añade ; que algunas cosas de mística que aquí pone no encajan bien en entendimientos no ejer– citados. Santa Teresa tenía siempre delante de sus ojos, para meditar el uno y para orar el otro, estos dos li– bros; Meditaciones de la vida de Cristo·, que por mu– cho tiempo también se atribuyó equivocadamente a San Buenaventura, y el Tercer Abecedario, del Padre Osuna (2). Del primer libro hace mención la Santa en el capítulo XXXVIII; lo tradujo con apacible y (1) Abeced. 3, tratado 9, cap. VII, donde enseña cuál sea ni'ejor: entrar dentro de sí o salir sobre sí. .(2) MoGUEL, obra citada, pág. 32. Puede verse con provecho lo que sobre Santa Teresa y el Padre Osuna escribió el Padre Miguel Angel, O. Cap., en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (XXIX, 157-226).
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