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INFLUENCIA EN STA, 'rlfüESA Y S. JUAN DE LA CRUZ 181, Dionisia cartujano Ryckel, cuyas obras se multipli– caron enormemente, haciéndose clásicas. El Contemptus Mundi ( 1) probablemente sería la Imitación de Cristo, pero había otro libro con este mismo título que también se hizo popular y era un fragmento de Coladón, atribuído a San Buena– ventura. Aunque no se lo atribuyamos nosotros, On– <lino lo coniceptuó digno del Doctor Seráfico. El Oratorio de religiosos era de Fray Antonio de Guevara, franciscano, que escribió también el famo– so Menosprecio de la corte, editado últimamente con notas (2) por el señor M. Martínez. El Padre Guevara fué obispo de Mondoñedo. El Oratorio lo imprimió en Valladolid en 1542. El mis– mo año dió a luz en Zaragoza el libro de las Epís– tolas familiares, y murió en 1545. Antes de tratar de la influencia de nuestra litera– tura en Santa Teresa, queremos señalar el hecho de que en mayor o menor escala la literatura carmelita en general está empapada en franciscanismo. El mismo Padre Gracián, según asegura el doctor Moguel, usó preferentemente de San Buenaventu– ra. He aquí sus palabras : «El Padre Gracián escri– be, pero la mayor parte, la casi totalidad de lo que en .sus escritos consigna, no , es de ciencia y ex– periencia propia, sino fundado en la autoridad de (1) En Alcalá de Henares, en casa de Juan Bro– car, 1555. (2) Burgos, 1915. Nuestra in– fluencia en los carmelitas.