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La Imitaci6n, apología de San Franclsco. 168 INTRODUCCION A LA MISTICA FRANCISCANA «Quidam amando me didicit divina et loquebatur mirabilia. Plus profuit ni reliquendo omnia quam in i,tudendo subtilia ( 1) .» Coincide esta crítica con lo que escribió Wadin– go: «Tanta fué la opinión y estimación del abad de Vercelles sobre Antonio, que afirmaba haber apren– dido él más del discípulo.» Dada la santa amistad entablada entre el místico abad y el místico Francisco, cuando éste llenaba el mundo con su fama, bien se puede ·presuponer que no sería pequeña parte para que en él se inspirase el autor de la / mit(J)ción. El hecho es que él le dta personalmente al cabo del libro tercero, cuando dice : «Así habla San Francisco de Asís.» Esto nos induce a preguntar, añade Delassus, si la / mitación toda entera no es acaso una verdadera apología de lo que el abad vió en Francisco. La ,obra Saint Franrois d'Assise revelé dans l'Imita– tion de J esu Crist», se encamina a descubrir las se– mejanzas entre el libro maravilloso de Gersen · y el fundador 'de los Menores. «Indudablemente, escribe también Payo!, la / mi– tación de Cristo es la historia de un alma.» ¿ De quién puede ser mejor que la historia del alma de Francisco? Ninguna Vida de este Padre nos da la impresión llena y cabal de lo que realmente fué. Quisiéramos una vida toda hecha de trozos de cora– zón. Por eso decía el Cardenal Guibert: «Ninguna (1) Lib. III, cap. 43, n. 4.

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