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º158 INTRODUCCION A LA MISTICA FRANCISCANA visto en el despertar de los pueblos. Es universal– mente conocido el verso en que dice que a Asís se le debe llamar el Oriente. Sobr,e las semejanzas mitológicas del sol aplica– das al Santo de Asís, habló ya el doctor Saladini. Era corriente en la antigüedad literaria el uso de estos términos mitológicos, pero el empleo que el Dan– tete hace del sol en nuestro caso no tiene origen mito– lógico. El lo tomó de San Buenaventura y del Apoca– lipsis (VII, 2). Ernesto Jallonghi nos habló de las afinidades entre San Buenaventura y el Dante. Hay realmente coincidencias entre la doctrina bonaventu– riana y la dantesca ( 1). El Padre Cándido Mariotti, O. M., trató igual– mente de Fratre Guido de Montefeltro en Dante, en el número 7 del Boletín, y demostró que el preten-, dido consejo que se supone dado por Guido a Bo– nifacio VIII, no es un hecho histórico más que en la concepción del poeta. El episodio está en relación con el Infierno, c. XVII, v. 96, 111. Cuando Emilio Sanesi escribe su estudio L'um– bria e gli umbri ne la Divina Comedia, tiene que ocu– parse preferentemente de los lugares francisc~nos y de los hombres franciscanos. Sobre todo de San Francisco y Santa Clara. Esta es la única mujer de Umbría de que habla Dante, «l'unica donna del' Umbría di cuí parla la Comedia». Fray Mateo d' (1) Boletín del Comité católico para el homenaje del centenario del Dante, números IV y V.
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