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152 INTRODUCCION A LA MISTICA FRANCISCANA vos escritos de la autora que quedaban guardados en Agreda, uno de ellos Escala para subir a la per– fección, es retrato de su espíritu ( 1). No tomamos aquí en cuenta una referencia que vió la luz pública en la revista El Santísimo Rosa– rio (mayo 1925), contra la autenticidad de la Mís– tica cvudad, ni es la primera vez ni será la última que se pretenda arrancar a la Venerable Madre Agreda el mérito de haberla escrito. En otra oca– sión comentaremos, Dios mediante, la referencia en cuestión. La primera composición de Ja Mística Ciu– dad debe ponerse entre 1637 y 1643. La Venerable quemó el escrito en 1649 y no en 1645, como supo– ne el señor Royo. Lo escribió por segunda vez en 1665. La leyenda de que la primera quema se hizo por orden del confesor, debe rechazarse. La quema obedeció a motivos de precaución en vista de cómo se presentaban las cosas en la Inquisición (2). De las nuevas generaciones que han venido des– pués, hay un copioso caudal de escritos que sale fue– ra de nuestro plan. Cerremos, pues, este cuadro, para tratar de la in– fluencia de la mística franciscana, que ofrece ancho campo ; pero deberemos ceñirnos a simples notas de estudio orientador. (1) Herederos de Juan Gili. Barcelona, 1915. (2) El Padre Ludovico Besse, Cap., en las Additions de su libro Vida de la Virgen Santísima,. según las revela– ciones de la Venerable, refuta las acusaciones que se han hecho a la Mística Ciudad de Dios.

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