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LOS MISTICOS EN LAS ORDENES RELIGIOSAS !5 sicas. Ha:y otro escritor conocido también con el mis– mo apellido calificativo de el Cartujano, que no es otro que Londulfo de Sajonia, autor más que proba– ble del tan traído y llevado Vita Christi, traduddo . por el franciscano Ambrosio de Montesinos por or– den de los Reyes Católicos. Ello da a entender cuán leído fué aquel místico que murió en 1377, pero que vive todavía en las innumerables ediciones de su inmortal libro. Los B enedictmos nos presentan sobre la cima abrupta de Montserrat a García de Cisneros, muerto en 1510, autor del célebre Exercitatorium spirit'uale, impreso en el mismo monasterio en 1500. De él dice Pourrot : «A vraiment reglamente le vi:e spiritue– lle ( 1) .» Los Dominicos tienen una legión de autores y de practicantes místicos desde Alberto Magno hasta el Padre Arintero que acaba de darnos su Trmdición Mística cuyo contenido habrá de ser objeto de otro escrito. El señor obispo de Madrid doctor don Leopoldo Eijo presentó a Santo Tomás como maestro de maestros en mística (2). Aparte el concepto que nos merece el angélico doctor, nombraremos a Juan Taulero, de quien dijo Valera: «Este alemán fué casi el único que influyó en los místicos españo– les de los siglos xv y xvr», afirmación no muy ( 1) Le spiritualité chrétiénne. (2) Discurso en las fiestas centenarias en Roma.

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