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150 INTRODUCCION A LA MISTICA FRANCISCANA sermone hispanico), que se editó en Valencia en 1665, Cree ser traducción del primitivo libro de Santiago de Milán, pero es original, aunque dependiente de aquél, como queda dicho más arriba. En rigor pueden insertarse aquí las obras del Ve-,, nerable Fray Bernardo Palma, natural del convento de Belén, que escribió el substancioso Vita spiritus. Del portugués Fray Antonio dos Chages, autor de Poetica mística; pudiéramos mentar sus Cartas espirituales, que el crítico Figuereido comenta en su Historia literaria clásica, sin saber gustar ni inter– pretar las emociones de aquella alma mística ( 1). Fray Antonio de Guevara, con su Mante Calva– rio; el Padre J ua:n de Cartagena con el libro De ar– canis in vulnere lateris Christi; Padre Bernardo de Osimo ; Padre D'Argentan ; Padre José de Trem– blay, O. Cap., el famoso Eminencia gris; Padre Maringues con su Conducta, intertar de las Clarisas; Padre Juan Bonilla con su Trata,do de la paz interior; el Padre Ludovico Besse, O. Cap. Del Beato Diego José de Cádiz se puede citar Aljaba mística (Córdoba 1791). ¿ Y por qué no habíamos de reseñar la bibliogra– fía espiritual de nuestras escritoras como Sor Isa– bel de Villena, autora de una Vita Christi, relacjo– nada ella con los escritores más insignes de su tiempo? Era abadesa del monasterio de la Santísima Tri- (1) Págs. 208-10.